miércoles, 11 de julio de 2012

martes, 10 de julio de 2012

Once, sólo once

Once, sólo once. Y escribo el número en letra para que ocupe más. Once, sólo once. El trabajo que he realizado durante los últimos cinco años resumidos en once tristes hojas, por una sola cara. Teniendo en cuenta esto, todavía podemos resumirlo más: cinco folios por las dos caras y un poquito. 
Espero que ya pueda cerrar esta etapa, que pueda pasar página, y me meta de lleno en otra empresa, entendiendo ésta como: Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo, si van a la por mi usada hasta la saciedad RAE, encontraran esta acepción en primer lugar, aunque también nos sirve la que en cuarto lugar nos muestra el citado diccionario: Intento o designio de hacer algo
Once, sólo once, es el número que recordaré cuando piense en estos cinco años. 
Once, el número al que ha quedado resumido los 1825 días, con sus respectivas noches, en los que había un denominador común: mi dedicación en cuerpo y alma.
Once, el número al que he reducirlo todo, no, rotundamente no, me niego, hay demasiado detrás de esas once hojas, pero hoy sólo quiero recordar esto: Los últimos cinco años reducidos a once hojas. 
Es mi pequeño, íntimo e último homenaje a estos cinco años, es mi última despedida.
Once, sólo once.