lunes, 22 de marzo de 2010

Ventana 8

Capri, 2000

No es una ventana propiamente dicha, no es una abertura elevada del suelo, en este caso es una abertura, un vano desde el suelo para entrar y salir, pero que deja entar la luz como una ventana. Y al observarla, abro la ventana de meláncolicos recuerdos de ésta época.

domingo, 21 de marzo de 2010

Primavera

 
Astronómicamene, el solsticio de invierno se ha ido, dejando paso al equinocio de primavera. Pero este año parece que el invierno no se quiere ir, y no termina de llegar la ansiada -este año- primavera.
Yo ilustro el adevenimiento de este anhelado equinocio, con esta imagen de Mucha, como ya viene siendo habitual, de 1900 (ca).

martes, 16 de marzo de 2010

No pude evitarlo

Andaba buscando un vestido para una boda -todavía estoy en ello- cuando entré en una tienda para echar un vistazo y ver que vestidos tenían que armonizen y  coordinen con los zapatos que ya he comprado, cuando los ví (realmente no sé quién vió primero a quién). Unos preciosos zapatos  negros abotinados, con un tacón de vértigo, me miraban con ojitos. Me los probé y paseé con ellos un rato. Me lo pensaré, le dije a la amable dependienta. Son muy bonitos, cómodos y una oportunidad, todavía están rebajados, me contestó ella. Sí, sí, pero venía buscando un vestido, bueno lo pensaré, muchas gracias.

No dejé de pensarlos, con que combinarlos, buscando imaginádamente ropa en mi  armario para los preciosos zapatitos abotinados. Soñé con ellos aquella noche, aquellos taconcitos me suplicaban, me imploraban que los llevara conmigo, hacer compañía al resto de zapatitos y tacones en mi haber. Al día siguiente me levanté pensando en los dichosos zapatos abotinados, y por la tarde me fui por ellos. No pude evirtalo. Ya están en mi manos, listos para poner y embellecer mis pies.

Podéis decirme entonces, cómo evitar ir por un vestido y volver con unos zapatos??

lunes, 15 de marzo de 2010

Recomendaciones culturales

Sin ningún ánimo de ofender, más bien con anhelo de ilustrar a los respetables papás que llevan a sus hijos, casi bebes, a exposiciones artíticas o de cualquier otra ídole, con el propósito de inculcar a sus hijos en las buenas artes culturales, desde aquí les recomiendo que les lleven a otro tipo de actividades ocio-educativas más propias de su edad. Pues creen de verdad que un niño/a de apenas dos años, que no puede andar todo el recorrido  de cualquier exposición de moda, pues el pobriño se cansa y han de llevarle en brazos, y grita y llora porque se aburre, no entiende nada y no puede expresarse a sus anchas, es la mejor manera de educarle en la cultura artística? Yo creo que no, además de ser tremendamente incomodo para el resto de visitantes. Luego le puede pasar como a un querido amigo, que sus papás profesores de secundaria de Historia del Arte, querían imbuirle dichos valores artíticos y de pequeñito le llevaban de Iglesia en Iglesia para que apreciase las bondades del Románico o Gótico, según fuese el caso, consiguiendo que dicho niño de mayor odiase el olor a velas, incienso y cualquier Iglesia antigua, pues le recordaba el hastío infantil provocado en estas excursiones, cuando lo que él quería era correr, jugar y gritar.
Ahora bien, sí el niño, puede andar por sí sólo, y tiene intereses artísticos entonces sí, deben acompañarles y fomentar su interés. Incluso existen determinados Museos dedicados al Arte Infantil como es el MUPAI, donde los niños pueden aprender y desarrollar sus habilidades artísticas y acercarse al Arte de una manera más natural para su edad. Es mucho más recomendable y fructífero que llevarles a ver cualquier exposición que no entiendan y se aburran, sólo porque los papás quieren ver determinada exposición.

domingo, 14 de marzo de 2010

Julia [ VIII]

Pocos días después del episodio del ascensor, después de comer, Julia se cruzó casualmente con él. Al salir del baño de repente lo vió, originándole un leve sobresalto. Julia le saludó muy correctamente, y rápidamente volvió a su sitio. Se avergonzaba por lo sucedido días atrás en el ascensor y no se atrevió a articular palabra.
Pero más tarde pensó, que hubiera sido la excusa perfecta para inciar una conversación, pero había dejado pasar el tren de esa oportunidad, otra vez será, se dijo.

viernes, 12 de marzo de 2010

El paraiso existe...

Crees que el paraiso existe cuando, un viernes vas a la piscina a nadar, y de repente tienes toda la calle para ti solita, para nadar a tus anchas y largas, durante un buen rato. Y más tarde llegan dos chicos guapos, musculosos, bien parecidos, que además nadan bien y son simpáticos, para deleitarte un rato mientras te relajas antes de salir del agua y ducharte tranquilamente pensando en el  fin de semana que ahora empieza y parece largo y todo.

martes, 9 de marzo de 2010

Ventana 7

 

En este acogedor rincón, en esta cómoda butaca escuchaba a la Jones, mientras leía las letras escritas por ella para The Fall, a la vez que me deslumbraban las luces de la catedral.

lunes, 8 de marzo de 2010

¡¡Meme!!

¿Do you remember?

Con un poquitín de retraso actualizo hoy con este tema regalado, ofrecido por la simpática Tracy, la primera en hacerme un ofrecimiento de este tipo, por lo que es totalmente necesario que le agradezca de corazón ésta invitación, que me hizo el viernes pasado, 5 de marzo, desde su blog, Tacycorrecaminos, al que desde aquí les invito a visitar.

Por lo visto un Meme -no tenía el placer- sugiere  recordar aquella fragancia, que te transporte a algún bonito momento guardado en  tu memoria (olfativa) y compartirlo desde esta ventana, con todos vosotros.

Soy una apasionada, como casi todas, de las fragancias, y a lo largo de mi pequeña dilatada vida he usado varias. Casi nunca me deshago de ellas, siempre guardo una pequeña gota, para poder olerla y volver a aquella época en que la usaba. Por tanto, tras un fin de semana intenso, deliverando cual sería la elegida, finalmente me he decantado por:


Fíguíer de Yves Rocher

Es un aroma muy especial para mí. Que hace mucho usaba, y otro tanto que Yves Rocher no lo comercializa, yo debía ser la única que lo compraba (con  la crema de cuerpo inclusive). Me recuerda aquella época en que yo iba embadurnada con olor a Higuera, un olor con el que me siento muy identificada. Una época que fui muy feliz, aunque con alguna sombra. Una época que aprendí muchísimo, y también sobre mí. Fue la primera vez que estaba fuera de mi casa y fuera del país. Una época que conocí a muchísima gente, de enriquecimiento a varios niveles. Una época que sabía que debía disfrutar y aprovechar al máximo, pues era una oportunidad única que nunca se repetiría, y que nunca se repitió, al menos igual, y con una fecha de caducidad. Una época que marcó mucho el rumbo de mi vida los años siguientes, una época a la que volvería con los ojos cerrados y me quedaría sin dudar, para no volver nunca más.
Me llevé aquella eau de toilette, ya que la primera vez que la olí me recordó a mi pueblo, a mi infancia, a agosto, al calor, a las excursiones que hacíamos con mi padre a por higos. En agosto, siempre a finales de agosto, por la tarde, después de la siesta (la de mi padre), a última hora de la tarde cuando todavía hacía calor. Recuerdo como mi hermano y yo trepábamos por las higueras, esos árboles grandes, con ramas que comienzan desde lo bajo del tronco, con hojas verdes, grandes, pegajosas, que desprenden un aroma dulzón, a higo a rico higo, a verano. Mi hermano y yo competíamos por ver quién llegaba a la rama más alta, a coger algún higo hermoso como el solo, grande, verde y con una gotita de miel detrás. Jugabámos con las hormigas, cogíamos los higos y nunca resistíamos a la tentación de comernos alguno, sobretodo si tenían la susodicha gotita de miel, uuuhhhh!!! Volvíamos a casa con las manos y la boca pringosa, las rodillas llenas de arañazos, y feliz, muy feliz y contentos con los cubos llenos de higos. De más mayor íbamos con mis hermanos pequeños, y luego con unos amigos de mis padres que les gustaba ir a pasar la tarde en el campo. Incluso recuerdo una vez que me llevé a nuestro querido chuchillo en la bici para que él disfrutrara también. Al atardecer subíamos a un cerro y nos dabamos un festín de comida grasienta y colestetora, y nos quedabamos allí hasta que caía la noche y nos iluminaban las estrellas, que en medio de la oscuridad del campo, su brillo y su luz se acentuaba aún más si cabe.

Por eso cuando estaba lejos de mi casa, gustaba de echarme unas gotitas de mi eau de Fíguíer y embadurnarme con la crema, dejando en la habitación un olor a higuera que me pertenecía. Era el olor de lo mío, de mi casa, así no me sentía tan sola, tan lejos.




Resta decir, por otro lado, que soy una incondicional de los perfumes de Calvin Klein, y mi perfume para momentos especiales y algún día de locura es Euphoria, y para los días algo calurosos y más ordinarios  o extraordinarios tambien, es Truth, siempre de Calvin Klein.


Ahora le paso el testigo a:
  
con tranquilidad 

ladytacones  (aunque ya ha sido doblemente invitada y ya nos ha ilustrado pero yo también quería ofrecérselo)

la horma de mi zapato

el punto bobo de chantal
masQmay

viernes, 5 de marzo de 2010

Ventajas de llevarte bien con tu ex

Que un día cualquiera entre semana, te invite a ir al Spa con él, pues hay una oferta de dos por uno, y quien mejor para acompañarle que tú. Que después te invite a un festín de sushi variado, predominando el atún rojo. Todo regado por un exquisito Borgoña, de Savigny-les-Beaune. Riquísimo vino blanco, tal vez un poco caro, pero no deja secuelas resacosas al día siguente, a pesar de beber una botella entera entre dos. Todo por disfrutar de mi excelente compañía, que todo esto merece.



*La etiqueta es de un vino rojo,
del  exquisito vino blanco que tomamos no he encontrado foto de buena calidad.

Julia [ VII ]

Julia sigue arreglándose por las mañanas, combinando en color los vestidos con las chaquetas y pañuelos, pintándose el ojo y dándose rubor en las mejillas. Porque yo lo valgo, se dice a sí misma mirándose al espejo. Se repite una y otra vez, que ya ha perdido la esperanza de algún acercamiento, ha pasado demasiado tiempo y sigue sin pasar nada, vuelve a repetirse.

En el fondo se engaña y sigue tan coladita por él como el primer día que lo pensó. Pero aún así vuelve a decirse que no, que ya no le gusta, que tiene que dejar de pensar en él, y que no puede permitirse fantasear con él, Cuando alguien no te gusta, no fantaseas con él!!. Se autoengaña. Aunque ya tiene muchas costumbres adquiridas que hace sin pensar, como una autómata, sólamente para encontrarse con él.

Aquel día llevaba ese vestidito granate que tanto le gusta, y se le ciñe al cuerpo como un guante de piel marcando las curvas que le averguenzan un poco. Llamó al ascensor para subirle a su jefe aquellos informes que necesitaban, cuando al abrirse las puertas, oh, sorpresa! estaba lleno, y una de esas personas era él. Nerviosa, se metió y acurrucó en un rinconcito intentándo pasar desapercibida. Cuándo de repente empezó a sonar una alarma muy escándalosa y una voz que ritmicamente repetía un protocolo. Juana se asustó mucho, no sabía que pasaba, no entendía nada, y menos cuando vio como sus compañeros, muy tranquilos y divertidos empezaron a reirse. Y entonces comprendió que había sido ella, bueno más bien, sus curvas traseras las que habían activado el botón de emergencia. Muy abochornada, nerviosa y asustada sólo veía una sucesión de imágenes rídicula: los bomberos llegando apurados para descubrir que no había nadie atrapado en un ascensor, sólo una falsa alarma provocada por unas nalgas femeninas, con las consecuentes risitas y mofas a las que se vería sometida. La policía también llegando para socorrer y encontrándose con dicho pastel. Su jefe enfadadísimo por todo áquel guirigay que había montado sólo por subirle aquellos malditos informes!!! Dando a entender que era una inútil.
Pero nada de eso ocurrió, sus compañeros muy divertidos salieron del ascensor y Julia subió a la siguiente planta a entregarle al jefe los susodichos informes. No fueron los bomberos, ni la policia, ni su jefe le reprimió, ni le llamó inútil.

Volvió a su sitio, esta vez bajo por las escaleras, frente al ordenador respiró hondo y esbozó una sonrisilla.

martes, 2 de marzo de 2010

Reencuentro con los recuerdos

Esta semana que ya ha pasado, he vuelto a reecontrarme con mis recuerdos, con mi infancia. Mi tío Juan tenía un tomavistas, al menos así lo llamaban, y con este aparatito nos grababa para la posteridad y luego en algún cumpleaños o reunión familiar, montaba en su casa un mini-cine con pantalla y todo y nos lo mostraba. Luego vino el video y más tarde el digital. Ahora treinta años más tarde, ha pasado a DVD todas aquellas imágenes y nos ha regalado uno con  aquellos fotogramas familiares, con ese matiz tan característico que tienen las fotos viejas en color, esa pátina decolorada por el tiempo. Y me he visto de pequeña en movimiento, sin sonido, a mis padres, muy jóvenes y guapos, a mis hermanos, pequeñitos y preciosos, a mis primos, a mis tíos, a mi abuelita que ya hace mucho se fue. Son doce minutos sobrecogedores, doce minutos que me han hecho recordar años, doce minutos en que se para el tiempo, doce minutos de mi niñez a la que quisiera volver, y vuelvo, como una loca cuando lo veo.

Por otro lado, este fin de semana hemos vuelto a reunirnos los compañeros del cole, hemos vuelto a recordar viejas aventuras, desempolvar de ese cajón aquellas historias y aquellas caras, aquellos maravillosos años, a reír, a estar muy muy a gusto. Veinte años después nos sentíamos como si casi no hubiese pasado el tiempo, pudiendo hablar de cualquier cosa con una confianza y tranquilidad extraña, pero bonita y tierna, tal vez por aquellos juegos infantiles e inocentes compartidos, que crearon un lazo invisible pero muy fuerte. Como dijimos la primera vez, no han pasado veinte años, sólo unos meses, y ya estamos pensando en  la próxima y encontrando a más gente. Y siempre, por ahora, hemos quedado en la puerta del cole.