Estoy cansada de oír, leer o escuchar frases del tipo: gracias a el colegio de pago al que fui tengo una educación exquisita; o: menos mal que fui a un colegio privado y soy bastante educada; o también: yo a mis niños les llevo a un privado, no se mezclen con los inmigrantes.
Pues queridos y queridas, yo desde aquí quiero reivindicar los colegios públicos, romper una lanza en su favor. No sé porque existe esa falsa creencia, no sé que hay en contra de los colegios públicos. He recibido una educación pública en todos sus niveles: colegio, instituto y universidad, he conocido profesores de todo tipo y clases, unos mejores, otros peores, unos más humanos, otros más simpáticos, otros menos, unos que tienen vocación, otros no tanto... pero la educación que he recibido ha sido la correcta y adecuada. Aparte de enseñarme los contenidos de las diferentes asignaturas que he ido cursando (la llamada cultura) también me han enseñando formas de comportamiento y educación (que también forma parte de nuestra cultura, nuestro acervo cultural).
Tal vez el problema, más que de los profesores y de la enseñanza pública, sea de quienes la reciben. Curiosamente aquellos que vienen de un nivel sociocultural, o económico-social medio-bajo, son quienes más apoyan este tipo de educación, quienes creen que en la privada van a educar mejor a sus hijos, aparte de no mezclarse con la chusma inmigrante que pueblan nuestros colegios públicos (aunque esto es otra historia). Pues también nuestros progenitores tienen que implicarse enseñándonos unos modales de comportamiento en cualquier situación y circunstancia. Esto no sólo es competencia de los profesores.
Y, qué es lo que tienen en contra de los profesores de la pública? Acaso no tienen las titulaciones exigidas, más las oposiciones que en cada caso se requieran? Mientras que los privados no exigen esas oposiciones, y en algunos casos tienen otras titulaciones diferentes a la asignatura que enseñan.
Yo, disculpenme, pero siempre defenderé la enseñanza pública, evidentemente me influye que mi papá es profesor, maestro, de esos que creen en la enseñanza, de esos que disfrutan con ella, de esos que les gustan enseñar y divulgar la cultura, de esos que se implican, de esos que cuando terminan sus clases se quedan allí, resolviendo problemas, papeleos, que llegan a casa 3 ó 4 horas más tarde de finalizar su horario laboral y preparan las clases del día siguiente, corrigen exámenes... Yo por tanto me he criado entre pizarras y profesores y a muchos de ellos les he oído decir que en la privada te aprueban por pagar, que tienen un trato deferente con el alumnado, por pagar sus padres todos los meses las cuotas establecidas. Y no creo que la enseñanza, la cultura deba pagarse, todos, TODOS, tenemos derecho a una enseñanza digna, todos tenemos derecho a su acceso. La educación, la cultura, no tiene que valer dinero, no es algo comerciable, no es un producto de consumo más (aunque en muchos casos se le dé ese trato).
No obstante, ni todos los públicos son mejores que los privados, ni viceversa, depende mucho del profesorado, pues sí es cierto que muchos privados tienen muy buena fama (seguramente los de la clase económica y sociocultural alta), pero haylos públicos que también.
Po tanto, lo que tiene que cambiar, es esa idea de producto de consumo más, en que se está convirtiendo la cultura. La cultura, a través de la educación tiene que llegar a todas las capas sociales para desarrollar una sociedad mejor.
Pues queridos y queridas, yo desde aquí quiero reivindicar los colegios públicos, romper una lanza en su favor. No sé porque existe esa falsa creencia, no sé que hay en contra de los colegios públicos. He recibido una educación pública en todos sus niveles: colegio, instituto y universidad, he conocido profesores de todo tipo y clases, unos mejores, otros peores, unos más humanos, otros más simpáticos, otros menos, unos que tienen vocación, otros no tanto... pero la educación que he recibido ha sido la correcta y adecuada. Aparte de enseñarme los contenidos de las diferentes asignaturas que he ido cursando (la llamada cultura) también me han enseñando formas de comportamiento y educación (que también forma parte de nuestra cultura, nuestro acervo cultural).
Tal vez el problema, más que de los profesores y de la enseñanza pública, sea de quienes la reciben. Curiosamente aquellos que vienen de un nivel sociocultural, o económico-social medio-bajo, son quienes más apoyan este tipo de educación, quienes creen que en la privada van a educar mejor a sus hijos, aparte de no mezclarse con la chusma inmigrante que pueblan nuestros colegios públicos (aunque esto es otra historia). Pues también nuestros progenitores tienen que implicarse enseñándonos unos modales de comportamiento en cualquier situación y circunstancia. Esto no sólo es competencia de los profesores.
Y, qué es lo que tienen en contra de los profesores de la pública? Acaso no tienen las titulaciones exigidas, más las oposiciones que en cada caso se requieran? Mientras que los privados no exigen esas oposiciones, y en algunos casos tienen otras titulaciones diferentes a la asignatura que enseñan.
Yo, disculpenme, pero siempre defenderé la enseñanza pública, evidentemente me influye que mi papá es profesor, maestro, de esos que creen en la enseñanza, de esos que disfrutan con ella, de esos que les gustan enseñar y divulgar la cultura, de esos que se implican, de esos que cuando terminan sus clases se quedan allí, resolviendo problemas, papeleos, que llegan a casa 3 ó 4 horas más tarde de finalizar su horario laboral y preparan las clases del día siguiente, corrigen exámenes... Yo por tanto me he criado entre pizarras y profesores y a muchos de ellos les he oído decir que en la privada te aprueban por pagar, que tienen un trato deferente con el alumnado, por pagar sus padres todos los meses las cuotas establecidas. Y no creo que la enseñanza, la cultura deba pagarse, todos, TODOS, tenemos derecho a una enseñanza digna, todos tenemos derecho a su acceso. La educación, la cultura, no tiene que valer dinero, no es algo comerciable, no es un producto de consumo más (aunque en muchos casos se le dé ese trato).
No obstante, ni todos los públicos son mejores que los privados, ni viceversa, depende mucho del profesorado, pues sí es cierto que muchos privados tienen muy buena fama (seguramente los de la clase económica y sociocultural alta), pero haylos públicos que también.
Po tanto, lo que tiene que cambiar, es esa idea de producto de consumo más, en que se está convirtiendo la cultura. La cultura, a través de la educación tiene que llegar a todas las capas sociales para desarrollar una sociedad mejor.
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