Sí, no hay duda, estoy de nuevo en la gran urbe. El bus tarda más de cuarenta minutos en pasar, lleno de gente, casi corriendo por las escaleras mecánicas, inundadas de gente, y más gente con maletas que se para donde no debe, estorbando el paso a los que vamos con prisa. A la salida del trabajo me acerco a comprar unos regalos, y acabo comprando las últimas ofertas de las rebajas. Me invade el consumismo de nuevo. Termino las compras, huyo a casa, voy cargada con suficientes bolsas, en dos días he comprado y gastado más que en todo el mes, y voy repitiendo: -No vuelvo a pisar una tienda hasta Navidades, no vuelvo a pisar una tienda hasta Navidades!!!
sábado, 4 de septiembre de 2010
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