En estos días de frío, luces, celebraciones, fiestas, abundantes y copiosas comidas y cenas. En estos días de reencuentros, de regalos, de felicitaciones, de amor, de amistad, de su exaltación. En estos días de hacer balance del año que se va, y buenos propósitos para el año que empieza, yo no tengo la más mínima inspiración. No, lo siento mucho, pero no. Estoy totalmente desilusionada y por tanto desganada. No se me ocurre nada bonito que decir, que escribir, ninguna imagen tierna que mostrar, tampoco voy hacer balance de este año que ha pasado con más pena que gloria, ni voy hacer buenos propósitos de Año Nuevo, que luego ni cumplo, ni se cumplen. No es que no me guste la Navidad ni estas fechas, al contrario, ¡me encantan! Pero este año ando desilusionada, desganada, cansada de dar la mano para que se apoyen, cojan impulso y me dejen atrás. Cansada de oír promesas que no se llegan a cumplir, cansada de ver tanto egoísmo alrededor confundido con madurez. Pero no quiero ser trágica ni demasiado negativa, como dijo Ortega "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". Tendré que hacer mía esta expresión yo también, sólo espero no confundirla con egoísmo, sólo espero no adolecer soledad.
No obstante espero tuvierais una Feliz Navidad, y os deseo un próspero Año Nuevo.
Nada más.
