No, gracias. Fue mi respuesta a la pregunta. Evidentemente es mentira. Claro que me gusta leer, pero en ese momento tenía el tiempo justo para llegar a casa, comer, volver a irme y llegar en hora a mis quehaceres vespertinos. Tenía hambre y además estaba cansada, muy cansada y muerta de sueño, como buen síntoma de inicio semanal. No podía, por tanto, ni me apetecía pararme, ser amable y decirle a aquella señora o señorita, que no me interesa hacerme socia del Círculo de Lectores, que ya son socios mis padres.
Por no decirle que lo fueron, en pasado, y que en casa tienen apilados en los sitios más insospechados libros y más libros, siempre del Círculo, que mi padre fue pidiendo durante los más de 20 ó 30 años ( no lo sé exactamente, pero os hacéis idea) que fue socio, y que muchas veces no tenían aquellos libros que querías o necesitabas, entonces o bien los buscabas en una biblioteca, o los comprabas en una librería al uso. Por no decirle, además, que últimamente no leo nada, me faltan las ganas, la inspiración, que tal vez por ello tampoco escribo aquí. Era mucho más fácil, y mucho más mejor, no me negaréis, contestarle con un simple: No, gracias.
2 comentarios:
Hay que hacer un ejercicio para decir no, gracias, a secas , sin explicaciones. Te doy la enhorabuenaporque ya has empezado a hacerlo.
Tiempos de invasión.
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