Desde que recientemente he adquirido mi nuevo "estado", tengo derecho y me siento en la obligación, de escrutar al sexo contrario en la búsqueda de aquel cuya imagen me satisfaga. Lo cual me exime de todo juicio pueril y chabacano que fácilmente se podría atribuir. Y más al ver a este señor -lo de señor por el respeto que me provoca, además de otras cosas-, que de pueril o chabacano no tiene nada. Así, justamente, el producto interior bruto de Iberia -como nos llamaban los griegos-, que representa este chico-señor, es para cortar la respiración a cualquiera, o no??
Ayssss!!!
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