sábado, 31 de julio de 2010

Ventana 11
























Oslo,  julio 2006, sobre las 3:30 am. 
Era verano y la luz entraba ya con fuerza por la ventana.

Juana [ VI ]

Después de pasar dos días con ganas de llorar a todas horas y haciéndolo cuando nadie le veía, sobretodo por las tardes, noches y en la soledad de su cama, el tercero al sonar el despertador lo apagó y se levantó mecánicamente. Se miró al espejo y la imagen reflejada lo único que le provocaba era más pena si cabía y otro mar de lágrimas sin contener. Con los ojos hinchados e inyectados en sangre de tanto llorar se metió en la ducha e intentó calmarse, el agua siempre le tranquilizaba, y empezó a pensar que no podía seguir así, que no tenía motivos suficientes. Todavía con ganas de llorar se fue a trabajar, y cuando volvió a casa las lágrimas volvieron a resbalar por sus mejillas sin ella llamarlas. El cuarto día, se miró en el espejo e intentó buscarse, reconocerse entre esos ojos hinchados, rojos y llorosos y otra vez se planteó seriamente su situación. Se repitió, no había motivos suficientes, no había motivos ni hechos reales, simplemente no había nada. No había sucedido nada que lamentar, no había perdido nada puesto que no lo había tenido. Lloriqueo algo, pero se controló, sólo fueron sollozos. El quinto día se sintió mejor, había dormido casi diez horas y no tenía los ojos tan hinchados, rojos y húmedos como los anteriores días. Después de ducharse y acicalarse tenía buena cara. Se fue de casa un poco más contenta. Y empezó a plantearse la posibilidad de ir a esa fiesta de cumpleaños. Tenía una semana por delante, tiempo sufiente para afrontarlo. Además no había ninguna excusa para no ir. Y realmente quería ir, estar en el cumpleaños de su amiga.

viernes, 30 de julio de 2010

Canícula

Con este sofocante calor es imposible hacer nada. Mi encéfalo es como un helado de chocolate al sol a las tres de la tarde. Mi cerebro, cerebelo y tronco encefálico comienzan a unirse peligrosamente, con riesgo de confundir y entremezclar sus funciones. Las neuronas que componen mi materia gris, se deshacen y mezclan, siendo cada vez más difícil la sinapsis entre ellas. La sustancia gris, donde se encuentra la función intelectual y del razonamiento, apenas se distingue de la sustancia blanca. El cerebelo, que coordina y armoniza mis movimientos, se derrite y funde con el tronco encefálico, entorpeciendo la comunicación con el sistema nervioso, dificultando la respiración y desacelerando mi ritmo cardiaco.

Por tanto, lo mejor para conservar la masa encefálica que me queda es ponerse las flores, meterse en remojo en agua fresquita, y no hacer muchos esfuerzos ni intelectuales ni físicos. Permanecer en  la más imperiosa inactividad y el reposo más absoluto, mecidos por el sopor y modorra estival.

jueves, 15 de julio de 2010

Alifafe

No hay nada como constiparse en verano, con 40º a la sombra, es tan, tan agradable (irónicamente hablando). Voy un momento a estornudar, luego al médico a que me mande algo para mi soporífero- catanico- flemático estado, y vuelvo.

lunes, 12 de julio de 2010

El beso



No me canso de mirar esta escena. La expresión tonta de él tocándose el pelo al principio, ella guardando la forma y compostura con tanta profesionalidad, él deshinibido en sus respuestas, los ojillos brillantes de tanta alegría contenida más en él que en ella, que intenta mantenerse en su profesional pose, aunque también le brillen esos ojazos que tiene. Y como al final, la alegría le puede, le abraza para besarla y decirle: -Yo te doy un beso a ti. Me voy.
Que si a ella no le ha hecho gracia, que si que poca profesionalidad, han llovido las criticas, y otros tantos que si es muy bonito. Yo no puedo parar de verlo, al margen de quienes sean, es una escena que simplemente me encanta. Y sólo sueño con que alguien algún día me bese así.

martes, 6 de julio de 2010

Porqué????

Porque siempre que voy cargada cual mulilla en el bus, y éste está medio vacío, se tiene que sentar a mi lado un señor, señora, chica o joven? y he coger los pesados bultos que porto y depositarlos sobre mis piernecillas cansadas?!?!?!?!!?
(Lo de piernecillas por cansadas, que tampoco son tan pequeñas y su parte hermosa tienen)

sábado, 3 de julio de 2010

Coincidencias

Crees que los astros se confabulan y se alinean para contigo, cuando por la mañana, en el bus del barrio, te encuentras a un conocido, con el que compartiste instituto y amigos, que no recuerdas su nombre. Cuando por la tarde, varias horas después, en el centro de la ciudad, en la calle más transitada, vuelves a cruzarte con él. Piensas que es una señal, que las estrellas y el destino quieren decirte algo. Pero no ocurre nada especial ni ese día, ni al siguiente, ni al otro, ni al otro. Simplemente es una coincidencia.