Nadaba en una piscina con forma de riñón, con un par de puentes, una pequeña cascada, y vegetación alrededor. La piscina estaba vacía, estaba sola nadando, y el intenso color azul me deslumbraba. Mi amor estaba preparando la comida, boquerones frescos, yo había dejado preparada una ensalada de arroz. Oí mi nombre, miré hacia arriba, en la ventana del último piso le vi, avisándome que la comida estaba lista. Subí. Preparamos la mesa en la terraza, como hacíamos siempre. Comimos. Después bailamos una de esas canciones romanticonas que ponen en la radio, bañados por el sol y con un fondo azul de mar. Luego bajamos a la playa.
Recuerdo muy bien aquel día, aquellos días que pasamos en la playa. Ha pasado mucho tiempo, han pasado años, y todavía sigue en mi memoria, grabado a fuego en mi retina. Se enfrentan diferentes emociones cuando lo recuerdo. Aún hoy siguen siendo las mejores vacaciones que he pasado en pareja. Y aunque no he vuelto a tener unas vacaciones así, me alegro de haber disfrutado aquellos días contigo.
Recuerdo muy bien aquel día, aquellos días que pasamos en la playa. Ha pasado mucho tiempo, han pasado años, y todavía sigue en mi memoria, grabado a fuego en mi retina. Se enfrentan diferentes emociones cuando lo recuerdo. Aún hoy siguen siendo las mejores vacaciones que he pasado en pareja. Y aunque no he vuelto a tener unas vacaciones así, me alegro de haber disfrutado aquellos días contigo.