Reza en las puertas de los vagones del metro, también en las pantallas del anden que indican el tiempo que va a tardar en venir el siguiente metro. Yo tengo la manía de salir de los ultimos del vagón, a no ser que tenga muchísima prisa, y practicamente todos los días me cruzo con alguno intentando entrar cuando todavía no he terminado de salir, o incluso intentando entrar desde que se abren las puertas, o cuando no soy la única por salir. Lo cual confirma mi teoría "la gente no lee", aunque vayan con libros pesadisimos o toda la prensa gratuita. O bien existen otras razones, que la gente no saber leer, lo cual es bastante preocupante, o bien que es la forma de trasgredir las normas, son unos rebeldes, o no les interesa el mundo alrededor, no tienen consciencia de vivir en sociedad.
Pequeñas cotidianidades que me irritan, con las que hay que aprender a vivir, respirar hondo, y esperar que la próxima vez sean ellos los que aprehendan.