martes, 2 de marzo de 2010

Reencuentro con los recuerdos

Esta semana que ya ha pasado, he vuelto a reecontrarme con mis recuerdos, con mi infancia. Mi tío Juan tenía un tomavistas, al menos así lo llamaban, y con este aparatito nos grababa para la posteridad y luego en algún cumpleaños o reunión familiar, montaba en su casa un mini-cine con pantalla y todo y nos lo mostraba. Luego vino el video y más tarde el digital. Ahora treinta años más tarde, ha pasado a DVD todas aquellas imágenes y nos ha regalado uno con  aquellos fotogramas familiares, con ese matiz tan característico que tienen las fotos viejas en color, esa pátina decolorada por el tiempo. Y me he visto de pequeña en movimiento, sin sonido, a mis padres, muy jóvenes y guapos, a mis hermanos, pequeñitos y preciosos, a mis primos, a mis tíos, a mi abuelita que ya hace mucho se fue. Son doce minutos sobrecogedores, doce minutos que me han hecho recordar años, doce minutos en que se para el tiempo, doce minutos de mi niñez a la que quisiera volver, y vuelvo, como una loca cuando lo veo.

Por otro lado, este fin de semana hemos vuelto a reunirnos los compañeros del cole, hemos vuelto a recordar viejas aventuras, desempolvar de ese cajón aquellas historias y aquellas caras, aquellos maravillosos años, a reír, a estar muy muy a gusto. Veinte años después nos sentíamos como si casi no hubiese pasado el tiempo, pudiendo hablar de cualquier cosa con una confianza y tranquilidad extraña, pero bonita y tierna, tal vez por aquellos juegos infantiles e inocentes compartidos, que crearon un lazo invisible pero muy fuerte. Como dijimos la primera vez, no han pasado veinte años, sólo unos meses, y ya estamos pensando en  la próxima y encontrando a más gente. Y siempre, por ahora, hemos quedado en la puerta del cole.

2 comentarios:

ladytacones dijo...

qué bonito quedar en la puerta del cole...

Tracy dijo...

Me ha llenado de nostalgia leer tu post.
Yo también tengo películas super-8 y es transportarte en el túnel del tiempo.
También , como tú, asistí a una reunión de compis del cole, pero no funcionó. La gente iba con sus parejas y eso quitaba frescura al encuentro