viernes, 19 de diciembre de 2008

Saludo

Abro la puerta, salgo corriendo, comienzo a bajar las escaleras aceleradamente, como es habitual. De pronto oigo unos pasos, tranquilos, calmados, desacelero mi paso, miro, eres tú. Sigo bajando las escaleras, nos cruzamos, intercambiamos unos saludos apenas imperceptibles, sin mirarnos. Noto como mi cara empieza arder, y ya no te veo.
Prosigo mi camino con una sonrisa.

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